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“Los familiares del adicto también deben recuperarse de su codependencia"

Por Soledad Vallejos, LA NACION, 19.04. 2016

Daniela Danis, fundadora de la Asociación de Psicoterapeutas para el Tratamiento de Adicciones de Ginebra.

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Su trabajo durante más de veinte años en el tratamiento de rehabilitación con pacientes hospitalizados por problemas de adicción en la Clínica La Métairie, en Nyon, Suiza, llevó a Daniela Denis –psicóloga y consultora en el Instituto Internacional de Estudios Sociales de la OIT, en Ginebra– a conectarse con otras miles de historias: las de los familiares y amigos del adicto, las del entorno íntimo del paciente en rehabilitación. Historias de un sufrimiento tan grande como las del propio adicto, quizá, aunque menos visible. Es que la sintomatología de los adictos, como dice Denis, sobresale de una manera tan escandalosa que su entorno queda en las tinieblas.

Así la experta descubrió el problema de la codependencia, del que luego quiso ocuparse de manera central, y al que considera clave en los programas de tratamiento. Según el doctor Nicola Gervasoni, actual director médico de la Clínica La Métairie, "Denis es una figura central en el campo de las adicciones, de un compromiso constante no sólo con los pacientes adictos sino con sus familiares, quienes también pagan enormes consecuencias".

Sin rodeos: "Por cada adicto hay, al menos, cinco personas afectadas a su alrededor, y la preocupación por el entorno aún se mantiene en las sombras", asegura Denis.

–¿Qué significa ser un codependiente?

–Ser codependiente es entrar en una relación fusional con el adicto. Si éste va bien, el codependiente va bien. Si el adicto va mal, el codependiente también, y suele pensar que todo depende de sus esfuerzos. Es decir, si el adicto está bien cree que es gracias a los esfuerzos que él ha hecho, y si el adicto va mal el codependiente piensa que es por su culpa. Ser codependiente significa estar obsesionado por el estado del adicto de manera tal que eso ocupa todo su ser y consume toda su energía vital. A la vez que el adicto está obsesionado por su consumo, el codependiente está obsesionado por el estado del adicto. No queda lugar para otra cosa que esa preocupación constante y persistente. Toda la estabilidad, el equilibrio del codependiente dependen del estado del adicto. Lo que lo hace muy vulnerable y a la merced de algo que está afuera de sí mismo y no en su interior.

–¿Cuánto tiempo suele transcurrir hasta que el codependiente se da cuenta de que no puede controlar esa situación?

–El tiempo varía según las personas. El codependiente se da cuenta que no puede controlar la situación cuando "toca fondo", y comprende que si sigue por ese camino va a perder el control de su propia vida. Pero a veces no se da cuenta y persiste en sus esfuerzos sobrehumanos por ayudar al adicto a dejar de consumir. De la misma manera que el adicto persiste en su consumo a pesar de las consecuencias negativas que se acumulan, el codependiente persiste en sus esfuerzos infructuosos por ayudar pensando que "esta vez sí que resultará". No admite su impotencia y su incapacidad para controlar la situación.

–Por cada adicto hay otras cinco personas afectadas a su alrededor. ¿Por qué nadie se preocupa por ellos?

–Es una de mis grandes inquietudes entender por qué nadie se ocupa de ellos. Una de las respuestas puede ser que el comportamiento del adicto sobresale de tal manera que "tapa" todo lo que ocurre a su alrededor. Otra respuesta también que podría justificar esta situación es el hecho de que las personas alrededor del adicto tienen tanta vergüenza porque se sienten culpables de la situación y del consumo del adicto que callan y esconden lo que viven. Rara vez piden ayuda. Es como una mayoría silenciosa.

–Los grupos de autoayuda para los familiares no son tan conocidos como los de los adictos. ¿Cuáles son y cómo funcionan?

–Existen en la Argentina los grupos como A-Anon, Alateen, CoDA, y funcionan de manera gratuita y anónima, no se pide ninguna información a la persona que quiere participar. La única condición para hacerlo es el deseo de recuperarse de su codependencia. No hay billete de entrada, ni lista de presencia, ni pedidos de ningún tipo. Las personas asisten sin necesidad de anunciarse y son libres de continuar a venir o de dejar de hacerlo.

–¿Cómo debe involucrarse en la rehabilitación del adicto a su entorno?

–Teniendo entrevistas con el entorno en presencia del adicto para que los mensajes sean claros, para que no haya tergiversaciones, para que el adicto pueda escuchar en presencia de sus terapeutas las vivencias de su entorno, los esfuerzos y muchas veces los sacrificios hechos para tratar de ayudarle a dejar de consumir, la incapacidad para lograrlo, el sentimiento de impotencia frente a la situación. Estas informaciones ayudan en general al adicto a salir de su negación y de su minimización de las consecuencias de su consumo. Es importante involucrar al entorno para responsabilizar a cada uno de su situación (y no de la situación del otro) y evitar de continuar en un sistema de acusaciones y culpabilizaciones mutuas. A partir del momento en el cual el adicto está en un proceso de rehabilitación es su responsabilidad el asumirla sin esperar que el entorno siga haciendo "sacrificios" para que él pueda rehabilitarse. Los sacrificios de los otros no han logrado que el adicto se rehabilite y es el momento de cambiar de rumbo. Es importante informar al entorno en qué consiste el programa de rehabilitación en el cual está involucrado el adicto, cuáles son las estrategias que se le proponen para mantener su abstinencia, tener conciencia de lo que cada uno espera del otro sin necesariamente tener que aceptar o comprometerse a cumplir con esos pedidos. Debido a que la rehabilitación es un proceso largo, se pueden prever varias entrevistas a lo largo del tiempo para ver con cada participante los logros y los obstáculos que permanecen.

–Cuando el adicto recae, ¿también lo hace la familia?

-¡Es difícil para el entorno no recaer cuando el adicto lo hace! Pero hay formas de evitarlo. Aquellas personas del entorno quienes han comenzado un trabajo psicoterapéutico para sí mismos (ya sea en psicoterapias individuales, de grupo y/o siguiendo el programa de los grupos de autoayuda) aprenden estrategias y mecanismos de auto preservación, de auto protección en el caso que esa eventualidad de recaída se produzca y así evitan recaer con el adicto.

–¿Quiénes son y qué importancia tienen los tutores de resiliencia?

–Los tutores de resiliencia son aquellas personas y/o instituciones quienes pueden servir de pilares de apoyo, de sostén, de referencia, que pueden inspirar a los codependientes y a los adictos a promover cambios en su comportamiento. Son modelos sanos donde pueden inspirarse para cambiar actitudes y habitudes. Los grupos de autoayuda, las personas que participan y que llevan ya muchos años de rehabilitación pueden tener esa función al proponer cambios de comportamiento a adictos y a codependientes que les permiten deshacerse de antiguas maneras de enfrentar las situaciones que los llevan a recaer. También pueden ser tutores de resiliencia médicos, psicoterapeutas, profesores, maestros, centros de tratamiento. Son fuentes a disposición a las cuales se puede acudir que ayudan a hacer los cambios necesarios para llevar una vida más sana y armoniosa.

http://www.lanacion.com.ar/1888948-los-familiares-del-adicto-tambien-deben-recuperarse-de-su-codependencia

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