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Lecturas para pensar: "In Dubio Pro Reo"

In Dubio Pro Reo

La película "Doce hombres en pugna", presenta las acciones del juicio a un joven latino de 18 años de edad, acusado de haber asesinado a su padre.

En el Estado donde se realizan los hechos, este delito es considerado como homicidio en primer grado y es castigado con la muerte. Durante la sesión e
n la corte, la jueza informa al jurado, compuesto por 12 miembros, sobre la necesidad de que el Veredicto sea unánime,  cualquiera que sea su decisión: culpable o inocente. Si entre los jurados existiere una “duda razonable” sobre la condición de culpabilidad, el acusado deberá ser declarado “no culpable". El principio jurídico en que se fundamenta esta última decisión es la “presunción de inocencia”. En Derecho, a esta “duda razonable", se le denomina “in dubio pro reo”, que es aplicable en caso de no existir certeza plena, e impide el veredicto de culpabilidad.

Durante la deliberación suceden una serie de situaciones bastante complejas, relacionadas  con la manera de pensar de los distintos miembros del jurado y su capacidad e de argumentación, además los diferentes rasgos inherentes a los seres humanos, tales como: prejuicios, conflictos, intolerancia, irascibilidad, indolencia, ligereza, mesura, reflexión, ética y moralidad.

 

Acto I 

J1 – Ok, atención, por favor, señores… pueden conducirlo como quieran, yo no haré reglas…podemos discutirlo y luego votar. Esa es una manera. Podemos votar ahora mismo. Se acostumbra una votación preliminar.

J7 – Votemos, y así podremos largarnos.

J1- Ahá…Ok, entonces, creo que…se trata de un homicidio en primer grado, y si declaramos culpable al acusado… lo enviaremos a la silla eléctrica. Es obligatorio.

J4 – Ya lo sabemos.

J10- Todos lo comprendemos.

J1 ¿Hay alguien que no quiera votar?

J6 – Yo estoy de acuerdo.

J1- Bien, recuerden que no obstante el veredicto debe ser doce a cero. Así lo dicta la ley. Ok, ¿estamos listos? Los que votan culpable, alcen la mano.

(De a poco, once miembros levantan sus manos.)

J1- Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siente (…), ocho, nueve, diez, once… dicen culpable. ¿Quién vota inocente?

(El miembro 8 levanta su mano.)

J1- Uno, bien. Once fallos en contra, uno a favor. Ahora conocemos la situación.

J10 – Claro, siempre tiene que haber uno.

J7 - ¿Qué hacemos ahora?

J8- Hablar, supongo.

J7- Caray.

J3 - ¿Realmente cree que es inocente?

J8- No sé…

J3 – Usted estuvo en el juicio. Escuchó lo mismo que nosotros, el chico es un asesino. Se nota.

J8 – Tiene dieciocho años…

J3 – Le clavó un cuchillo a su papá diez centímetros. Lo comprobaron de doce maneras. ¿Se las enumero?

J8- No.

J10- ¿Entonces qué quiere?

J8 – Sólo quiero hablar.

J7 - ¿De qué? Once hombres lo creen culpable. Sólo usted duda.

J10 – Quiero preguntarle algo: ¿usted le cree?

J8 – No sé. Quizá no le crea.

J7 – ¿Por qué votó por inocente?

J8 – Con once votos en contra no es fácil alzar mi mano y mandar matar a un chico sin antes hablar.

J7 - ¿Quién dijo que era fácil?

J8 – Nadie.

J7 - ¿Por qué voté rápidamente? Creo que es culpable. No podrá cambiar mi opinión.

J8 – No intento convencerlo, sólo que… se trata de la vida de alguien. No podemos decidirlo en cinco minutos. Suponga que nos equivocamos.

J7- Suponga que nos equivocamos… ¿Y si se cayera este edificio? Todo se puede suponer…

J8- Correcto.

J7- Suponga que los hacemos en cinco minutos, ¿y qué?

J8 – Tenemos una hora. El juego es a las ocho de la noche…

(El jurado 7 gesticula.)

J1 - ¿Quién quiere decir algo?

J9 – Una hora está bien.

J10 – Perfecto. Oí un cuento anoche…

J8 – No estamos aquí para eso.

J10 – Bien, entonces, dígame… ¿para qué estamos aquí?

J8 – Quizá sin razón. Miren…han maltratado a este chico toda su vida…nació en la miseria, su madre murió cuando tenía nueve años, vivió en un orfanato cuando su papá estuvo en prisión, no es un comienzo feliz. Es un chico con resentimientos, ¿Saben por qué? Porque lo han golpeado todos los días. Ha tenido una vida miserable. Le debemos unas palabras. Sólo pido eso.

J10 – No me importa decírselo. No le debemos nada. Tuvo un juicio justo. ¿Cuánto cree que cuesta un juicio? Tuvo suerte en tenerlo. ¿Comprenden? Todos somos adultos. Escuchamos los datos, ¿no? ¿No me diga que cree que debemos creerle? He vivido entre ellos. No se les puede creer palabra. Usted lo sabe. Nacen mentirosos.

J9 – Sólo una persona ignorante puede creer eso.

J10- Escúcheme…

J9 - ¿Usted cree que tiene el monopolio de la verdad? Debemos aclararle algunas cosas a este hombre.

J7 – No necesitamos sermones.

J1 – Continuemos.

J12 – Tronaditos, un producto que estoy promoviendo. El desayuno con rebote. Yo lo escribí.

J11 – Suena bien…

J1 - ¿Lo molesto…?

J12- Oh, disculpen. Dibujar me mantiene alerta.

J1 – tenemos trabajo. No hay por qué demorarnos. Ok… quizá el señor que está en desacuerdo pueda explicarnos por qué. Decir lo que piensa. Quizá podamos aclararle algunas cosas.

J12 – Esta es una idea. No la he pensado mucho Quizá nosotros debamos convencerlo de su error. ¿Por qué no tomamos unos minutos para…? Fue sólo una idea…

J1 – No, no, no, es una buena idea. ¿Por qué no hacemos una ronda? Le toca a usted.

J2 – Bien…yo…es, es difícil ponerlo en palabras… pienso que es culpable… me pareció obvio desde el inicio… nadie comprobó lo contrario…

J8 – No tiene por qué hacerlo El fiscal es el que comprueba. El acusado no tiene ni que abrir la boca, lo dice la Constitución.

J2 – Seguro, lo sé, Lo que quise decir es que…bueno, pienso que es culpable, quiero decir, alguien lo vio haciéndolo…

J3 – Bien, pienso esto. No tengo motivos personales… sólo quiero hablar de los hechos. Número uno… el viejo que vivía en el departamento de abajo del asesinato. A las doce y media, esa noche, oyó algo que parecía una riña. Y escuchó al chico gritar “te voy a matar”. Luego oyó que un cuerpo caía al piso. Fue a la puerta y vio al chico salir corriendo Llamó a la policía, encontraron al viejo acuchillado. Se calculó que murió a medianoche Ahora, estos son los hechos, no se pueden refutar El chico es culpable Soy tan sensible como todos, sé que tiene dieciocho años, pero tiene que pagar.

J7 - Estoy de acuerdo.

J1 - ¿Ya terminó?

J3- Sí.

J1 – Bien. El que sigue.

J4 – Es obvio que el cuento del niño era endeble Su coartada fue el cine y a la hora no recordaba los títulos ni los actores.

J8- Tiene razón.

J4 – Y nadie lo vio.

J10 – Escuche, ¿y el testimonio de la señora de enfrente?

J11 – Ella fue la que vio el asesinato.

J1 – Por favor, continuemos en orden.

J10 – Un momento. Esta mujer estaba en la cama, no podía dormir, tenía calor. Miró por la ventana y enfrente vio al chico asesinar a su papá Eran las doce y diez de la noche Todo concuerda. Ella conoce al chico de siempre. Su ventana quedaba enfrente y jura que lo vio…

J8 – Mientras pasaba un tren…

J10 – Sí. El tren no llevaba pasajeros, lo trasladaban las luces estaban apagadas, y fue comprobado que así se puede ver a través de un tren. Lo comprobaron.

J8 – Quisiera preguntarle algo…. Si no le cree al chico, ¿por qué a la señora sí? Ella también es uno de “ellos”.

J10 – Usted es muy listo.

J1 – Señores… señores…

?? - Siéntese.*

J10 – Se cree tan listo…

?? - Nada sacamos con reñir. ¿Quién sigue? *

J1 - El número cinco.

J5 - ¿Puedo pasar?

J1 – Tiene derecho a hacerlo. ¿El que sigue?

J6 – Pues… no sé… Yo me convencí… muy al principio… es que…buscaba un motivo. Eso era muy importante, porque sin motivo no hay caso, ¿verdad? … El testimonio de los del departamento de enfrente fue muy impresionante. Mencionaron una discusión entre el hijo y el viejo…como a las… siete de la tarde, si no me equivoco…

J11 – Fue a las ocho.

J 8– Escucharon una discusión… no podían oír de qué. Oyeron al padre pegarle. Finalmente vieron al niño salir, ¿eso qué comprueba?

J6 – No comprueba nada, es parte del cuadro.

J8 – Dijo que era el motivo. El fiscal dijo lo mismo A este niño lo han golpeado tanto que la violencia es parte de su cotidianidad No creo que unas bofetadas puedan ser un motivo.

J4- Quizá fue la gota que derramó el vaso…

(J8 se lo queda mirando.)

J1 - ¿Quiere añadir algo más?

J6 – Eh, no…

J1 – Ok, ¿y usted?

J7 - Ya está dicho todo. Podríamos hablar infinitamente y nada cambiará. El chico es malo. Miren su expediente. A los diez años, un juicio. Apedreó a una profesora. A los quince, un reformatorio, se robó un auto. Lo arrestaron por atracar, por peleas con cuchillo. Parece ser hábil con ellos. Es un buen muchacho.

J8 – Desde los cinco años su padre lo golpeaba con regularidad.

J7 – Yo haría lo mismo, ¿con un hijo como ese?

J3 – Los chicos de ahora son así. (…)

 

Fuente: IMDB.com

Universidad ICESI (Colombia) - Departamento de Español - Taller De Comunicación oral y escrita

 

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