Unos cubos naranja traslucidos, bajo luces intensas, parecen un dulce. Algo así como unos ositos de goma o alguna delicia turca.
Si no fuera por las hojas verdes que sobresalen de ellos, me sentiría tentada a probarlos, como le pasa a muchos de los que visitan este laboratorio.
“A menudo tenemos que recordarles a los visitantes que no se los coman”, dice la técnica de investigación Maddalena Salvalaio.
Los cubos están hechos de hidrogel, un material con una estructura de red que contiene líquido. Se usa típicamente en dispositivos médicos y pañales. Pero aquí, en el Laboratorio de Morfogénesis de Plantas del Imperial College de Londres, Salvalaio y el científico Giovanni Sena los emplean con el propósito de cambiar el futuro de la agricultura vertical.
El ingrediente secreto de su proyecto son los conductores eléctricos que flanquean cada lado de los cubos.
seguir leyendo acá