Por Rosana Suárez, estudiante de la carrera de Nutrición, afiliada AMFEAFIP

En nuestra entrega anterior, definíamos qué es la alimentación y cómo ciertos mensajes se van convirtiendo en  mitos. Hoy vamos a referirnos a uno de ellos…

“Desayunar como un rey, almorzar como un príncipe y cenar como un mendigo”

Comenzando por imaginarnos el desayuno de un “rey”… no deberían faltar carbohidratos, proteínas y grasas… pero antes, hay algo fundamental, lo que no debería faltar es… el hábito de desayunar.

Los hábitos alimentarios empiezan a formarse por imitación en el hogar desde el nacimiento, se desarrollan en la infancia y, a partir de la adolescencia, no solo van a estar condicionados por los padres sino también por amigos,  grupos o líderes adolescentes.

Puede afirmarse que las costumbres nutricionales adquiridas en la niñez se modifican muy poco en los años posteriores, por lo que los hábitos alimentarios individuales en la mayoría de las personas mayores son prácticamente iguales a los adquiridos en las primeras etapas de su vida.

 Y hablando de costumbres…la Lactancia

 La lactancia  natural materna, ha sido durante mucho tiempo la forma habitual de crianza de los hijos. Aun estando absolutamente demostrados los beneficios de la lactancia materna para que el recién nacido logre un normal crecimiento y desarrollo,  en los últimos años muchas mujeres han abandonado tal práctica por distintos factores sociales y, sobre todo, por la incorporación de la mujer al mercado laboral. Sin embargo, cuando la lactancia materna no sea posible por razones médicas o de otro tipo, se puede recurrir a la lactancia artificial, con la cual los requerimientos nutricionales del niño serán satisfechos adecuadamente con las nuevas leches artificiales.

¿Por qué es importante el desayuno en todas las etapas de nuestra vida?

Niñez

El desayuno en esta etapa de la vida es muy importante pues provee de elementos necesarios para el crecimiento físico y mental. En el período desde el nacimiento hasta los 3 años de edad, la alimentación desempeña un papel fundamental para el desarrollo del niño ya que la mayoría de sus sistemas y órganos maduran durante este tiempo. Todas las anomalías que aparezcan en el organismo debidas a la mala alimentación durante estos años, serán irreversibles en el futuro. Además,  el niño va incorporándose progresivamente al menú de la familia, aunque adaptado para su edad. Inicialmente juega con los alimentos, más tarde, desea comer él solo y se va interesando por los alimentos de sus mayores y a menudo los pide, incluso después de haber terminado su comida. De esta manera se van estableciendo los hábitos alimentarios en los niños, por lo que es importante una adecuada educación nutricional y la adopción de hábitos dietéticos saludables por parte de los padres, ya que serán aprendidos e imitados por sus hijos.

En niños preescolares y escolares, las proteínas son esenciales para formar sus músculos y demás tejidos, mientras que algunos micronutrientes como el fósforo, calcio y la vitamina D, son indispensables para formar sus huesos. El hierro es un nutriente muy importante, pues es necesario para componer la hemoglobina (que transporta el oxígeno al cuerpo a través de la sangre) y las grasas como el omega 3 y 6, son importantes para el desarrollo del sistema nervioso.

A estas edades comienza a preocupar el desayuno, ya que muchos niños no desayunan correctamente o ni siquiera lo hacen.

Adolescencia 

Ésta es una etapa en el ciclo vital, donde las necesidades de energéticas y de nutrientes se ven aumentadas por ser una época de intenso crecimiento y desarrollo, además de la elevada actividad física e intelectual que desarrollan los jóvenes. También, es importante tener en cuenta los cambios psicológicos que experimentan los adolescentes, ya que en la mayoría de los casos, son ellos los que controlan su propia dieta y, de no dirigirse en un buen sentido, se puede producir la adquisición de hábitos alimentarios inadecuados e incluso perjudiciales para la salud (elevación de las grasas o el azúcar en la sangre, obesidad, diabetes, entre otras). El desayuno del adolescente debe estar integrado por alimentos variados de todos los grupos, consumiendo las calorías que demande su cuerpo según su edad, sexo, estatura y actividades que realice.

Se ha observado que muchos adolescentes no desayunan o lo hacen rápido y mal,  es decir con desequilibrios en el aporte de nutrientes ya que la energía aportada por los hidratos de carbono es muy inferior a las recomendaciones y la energía proveniente de grasas y proteínas, se sitúa bastante por encima de éstas. Lamentablemente, el desayuno es la comida del día que menos interés despierta en los adolescentes.

Edad adulta

En esta etapa, el desayuno no deja de ser importante, pues debe cubrir todas y cada una de las actividades del día. Por otro  lado, estudios aseguran que un correcto desayuno ayuda en la prevención de enfermedades crónico-degenerativas. En el caso de las mujeres, es importante que sus niveles de calcio sean los correctos pues durante la menopausia la estructura de los huesos tiende a debilitarse. Desafortunadamente, éste es un tiempo de comida que la mayoría de los adultos hacemos un lado ya sea por las prisas, porque no tenemos apetito, o estamos intentando bajar de peso.

Embarazo

En el embarazo y durante la lactancia la necesidad de energía y nutrimentos aumenta significativamente, y no solo importa la cantidad de lo que se consume si no que también la calidad de esos alimentos. 

El desayuno deberá proveer los nutrientes necesarios para el desarrollo del bebé. El ácido fólico, por ejemplo, es un nutriente que las mamás necesitan consumir durante y después del embarazo, pues previene malformaciones del bebé. El calcio, el hierro y las proteínas, también son muy necesarias, por lo que la madre deberá ingerirlas para transmitirlas al cuerpo de su bebé mediante la leche materna.

El desayuno es de las comidas del día más importantes para las embarazadas ya que es de vital importancia para que el bebé se desarrolle correctamente.

Tercera edad

Durante esta etapa, apetito y  sed disminuyen,  dificultando una nutrición adecuada. Es por eso,  que el desayuno debe convertirse en un hábito para proveerse de los nutrientes importantes. Suele ser difícil modificar los hábitos de alimentación pero es muy importante mejorarlos, ya que es necesario para ayudar a aspectos sociales y de salud mental. Además del aporte nutricional, compartir el desayuno con la familia mejora el estado de ánimo y previene o combate la depresión tan común en la tercera edad.

Para ir terminando, recordemos que los  alimentos contienen muchísimas substancias diferentes, algunas de las cuales tienen un papel importante en nuestra nutrición, por ello se recomienda que la dieta sea variada y con los porcentajes siguientes:

• las proteínas deberían constituir el 15% de las calorías

• los carbohidratos, entre el 40% y 60% de las calorías de la dieta

• Y las grasas, alrededor del 30% de la aportación calórica de la dieta,

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Ya que todos intervienen en la:

• Regulación de las funciones metabólicas.

• Constitución del organismo, formando parte de su estructura desde la célula más pequeña, hasta el mayor de los órganos (nuestra piel).

• Producción de la energía necesaria para la actividad muscular y las reacciones químicas que mantienen la vida.

¿Por qué deberíamos desayunar como reyes?

Simplemente… porque es nuestra primera comida. Es el aprovisionamiento que concentra el mayor porcentaje de calorías y carbohidratos, es decir, la energía necesaria para iniciar un nuevo día y que además nos va ayudar a estar más contentos, saciados,  a calmar ansiedades y evitar tentaciones, ayudando a perder peso o a mantener el alcanzado a lo largo de los meses.

             Idea Sana…

                                                           Desayunar cada mañana…