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Lecturas para Pensar Especial 17 de Agosto: "Para leer a José de San Martín"

LECTURAS PARA PENSAR

Para leer a José de San Martín

Desde hace más de un siglo, la literatura argentina se ha ocupado de narrar al “padre de la patria” desde la biografía histórica, pero también desde la ficción. Proponemos un repaso por algunos textos claves en la construcción y una recomendación para trabajar con los más chicos.

José de San Martín es el máximo prócer de la historia argentina. El héroe eterno. El portador supremo e indiscutible de valores como la independencia y la libertad.

Frente a estas afirmaciones, nos planteamos la pregunta: ¿Qué hechos tiene que contener una vida, y de qué manera esa vida debe ser narrada, para que a partir de ella pueda configurarse y consagrarse a un héroe nacional?

En el ensayo “Narrar a San Martín” (2005), el escritor Martín Kohan realiza un estudio crítico de los modos en que los relatos canónicos de la historia argentina han contado su historia. Allí dice: “Indagar en la heroicidad de un prócer -la heroicidad no es un dato real, es un acto de significación- supone preguntarse por los modos narrativos en que se lo representó. Sin disminuir ni relativizar su espesor de realidad, por lo tanto, ni mucho menos concebirlo lisa y llanamente como un personaje de ficción, se puede establecer en cualquier caso que la figura heroica de José de San Martín, su condición de Padre de la Patria, su jerarquía de prócer sin igual, resultan de la manera en la que fue representado y en la que fue contada su vida”.

En este libro, Kohan sostiene que la construcción de un héroe -ese “eslabón perdido entre Dios y los hombres”- se hace siempre a lo largo de un tiempo que no vivimos. Es decir, nacemos y los héroes “ya están hechos”. A su vez, señala que “San Martín en Argentina es el afuera de la discusión, el afuera de todas las discusiones, es el espacio asegurado de reconciliación y suspensión de conflictos”. Finalmente, el símbolo supremo de la identidad nacional porque la simple razón de que fue erigido como su fundador.

José de San Martín aparece narrado desde los orígenes de la literatura nacional. En 1818, el deán Gregorio Funes –considerado por algunos como su primer biógrafo- lo relata en “Ensayo de la historia civil”. Tres años después, en 1821, Esteban de Luca publica el “Canto lírico a la libertad de Lima por las armas de la Patria, al mando del General Don José de San Martin”.
Sin embargo, los textos que construyen su figura de héroe nacional son los que publican Domingo Faustino Sarmiento, Bartolomé Mitre y Juan María Gutiérrez. Estos libros, junto a “El santo de la espada” de Ricardo Rojas –la novela que fue llevada al cine en 1970 por Leopoldo Torres Nilson- configuraron su imagen más popular y mítica.

En “Un ensayo sobre San Martín”, Rodolfo Walsh se aleja del bronce y busca desentrañar, por ejemplo, el encuentro con Simón Bolívar. En el capítulo “El misterio de Guayaquil”, el periodista y escritor analiza que San Martín da un paso al costado porque Buenos Aires lo abandona. En un sentido similar escribe el historiador Roberto Galasso, quien hace hincapié en que ambos militares compartían la misma visión latinoamericana y la admiración mutua. Como prueba de esto, testimonia que San Martín tenía retratos de Bolívar en su casa y que incluso uno de ellos lo había pintado su hija.

“Guayaquil” es también un cuento de Jorge Luis Borges, en el que por medio de un enfrentamiento de catedráticos el autor alude a este hito en la historia del continente. En el texto, la voz del protagonista –el Dr. Zimmerman- plantea: “observé secamente que dentro del enigma que nos rodea, la entrevista en Guayaquil, en la que el general San Martín renunció a la mera ambición y dejó el destino de América en manos de Bolívar, es también un enigma que puede merecer el estudio”.

Para seguir leyendo
En su búsqueda por desmitificar la historia argentina, Martín Kohan publicó el cuento “Muero contento”, que fue publicado y distribuido por el Plan Nacional de Lectura.

Lejos de los redobles de la marcha de San Lorenzo, el texto contiene un fragmento como éste: “Cabral se da cuenta de que se va a morir. No es que le parece, no es que lo sospecha, no es que tiene esa impresión. Cabral sabe positivamente que se va a morir y eso le provoca una intensísima tristeza. Cabral siente, allí tirado, en medio del polvo una enorme congoja, una terrible pena, una desdicha imposible de medir.”

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Fuente: Plan Nacional de Lectura

Para continuar su lectura, les dejamos un link:
http://planlectura.educ.ar/pdf/16-kohanFINAL.pdf

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